martes, 17 de noviembre de 2009
FELICIDADES EN EL DIA DE NUESTRA PATRONA
SANTA ISABEL DE HUNGRÍA
El sucesor de su marido la desterró y tuvo que huir con sus tres hijos, desprovistos de toda ayuda material. Pero confiaba totalmente en Dios y sabía que nunca la abandonaría, ni a sus hijos. Finalmente algunos familiares la recibieron en su casa, y más tarde el Rey de Hungría consiguió que le devolvieran los bienes que le pertenecían como viuda, y con ellos construyó un gran hospital para pobres, y ayudó a muchas familias necesitadas.
Un Viernes Santo, después de la celebración, cuando ya habían desvestido los altares en la iglesia, se arrodilló y delante de varios religiosos hizo voto de renuncia de todos sus bienes y voto de pobreza, como San Francisco de Asís, y consagró su vida al servicio de los más pobres y desamparados. Cambió sus vestidos de princesa por un simple hábito de hermana franciscana, de tela burda y ordinaria, y los últimos cuatro años de su vida se dedicó a atender a los pobres enfermos del hospital que había fundado.
Con apenas 24 años, el 17 de noviembre del año 1231, El Señor la llamó a su presencia.
¡Que Dios bendiga a todos los hermanos y hermanas!
A los 15 años fue dada en matrimonio por su padre el Rey de Hungría al príncipe Luis VI de Turingia y tuvieron tres hijos. Con veinte años y con su hijo menor recién nacido, su esposo murió en un viaje defendiendo Tierra Santa. Isabel aceptó la voluntad de Dios y rechazó varias ofertas de matrimonio; se decidió entonces a vivir en la pobreza y dedicarse al servicio de los más pobres y desamparados.
El sucesor de su marido la desterró y tuvo que huir con sus tres hijos, desprovistos de toda ayuda material. Pero confiaba totalmente en Dios y sabía que nunca la abandonaría, ni a sus hijos. Finalmente algunos familiares la recibieron en su casa, y más tarde el Rey de Hungría consiguió que le devolvieran los bienes que le pertenecían como viuda, y con ellos construyó un gran hospital para pobres, y ayudó a muchas familias necesitadas.
Un Viernes Santo, después de la celebración, cuando ya habían desvestido los altares en la iglesia, se arrodilló y delante de varios religiosos hizo voto de renuncia de todos sus bienes y voto de pobreza, como San Francisco de Asís, y consagró su vida al servicio de los más pobres y desamparados. Cambió sus vestidos de princesa por un simple hábito de hermana franciscana, de tela burda y ordinaria, y los últimos cuatro años de su vida se dedicó a atender a los pobres enfermos del hospital que había fundado.
Con apenas 24 años, el 17 de noviembre del año 1231, El Señor la llamó a su presencia.
¡Que Dios bendiga a todos los hermanos y hermanas!
Continuad con esta presentación sobre la Santidad de Isabel.
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