viernes, 15 de abril de 2016
SACRAMENTAR LA CALLE, LA VIDA, EL MUNDO Comisión de Acción Social Nacional
DESDE LA ACCIÓN SOCIAL NACIONAL
DEBE SACRAMENTAR
LAS CALLES, LA VIDA , EL MUNDO.
SACRAMENTAR LA CALLE-
Vamos a encomendarnos al Espíritu Santo, a nuestro seráfico padre san Francisco y a nuestra madre Clara. Que nos ayuden a interpretar los signos de nuestro tiempo; signos, los tiempos, eso queda muy lejos, hoy, en la calle.
¿Dónde deberíamos estar los seglares?
En las calles y en el mundo, donde están nuestros hermanos, en la calle.
Rompiendo clases sociales, y mirar más nuestro entorno y cercanía que nuestro yo.
Pero no es así, estamos –como de costumbre- en nuestros rezos y rincones de silencio emulando a los frailes y monjas. Y no es que estemos contra el silencio, no.
Nosotros, partiendo de la Palabra de Dios, de los escritos de nuestro seráfico padre; deberíamos pisar más la calle.
Para Sacramentar las calles debemos salir de nuestras comodidades y rutinas.
Regla 6 Artículo 17 1 CC.GG.
Para Sacramentar la calle hay que vivirla, hay que creértela, hay que quererla.
¿Tú amas? Sin duda.
Para amar hay que entregarse. Y sin esperar recompensa alguna.
¿Dónde están nuestros vecinos, nuestros próximos?
Barrio, Asociaciones; Ahí deberíamos estar, junto a ellos.
En la calle.
Y nosotros ocupados en nuestra vida, calentitos o fresquitos, y decimos: qué pena de nuestros hermanos, los pobres y necesitados de éste mundo.
En ese momento debemos dejar a un lado las penas y tristezas y salir a la calle, y estar con nuestros hermanos, encontrarnos con los que no tienen techo, comida, esperanza; no tienen cariño.
Para que puedan recuperar su dignidad de personas, ¿qué hacemos? nosotros se la quitamos con nuestra “caridad” y “buen hacer”. Eso sí, sin intención alguna, no sea que tenga que rascar los bolsillos.
Dice el Papa Francisco:
“Si la fe no llega a los bolsillos y no está dispuesta a donar, no es genuina”.
SACRAMENTAR LA VIDA.-
En la Regla 13 y Artículo 18 3 de las Constituciones Generales.
Colaboren con los movimientos que promueven la hermandad entre los pueblos: comprométanse a «crear condiciones dignas de vida» para todos y a trabajar por la libertad de todos los pueblos.
Sacramentar la vida nos recuerda san Juan en su primera epístola: “Es claro que quién dice que ama a Dios a quién no ve, y no ama a su projimo, a quién ve, es un hipócrita".
Cuando salimos a vivir en paz y fraternidad y somos más que solidarios con nuestro entorno, es aquí que debemos sacramentar la vida con nuestros hermanos.
El cristiano, el franciscano, debe hacer que el don que Dios le ha dado, no se quede como el tesoro que permanece escondido, como el talento que se guarda para poder dar cuenta en el día que nos lo pidan.
José Rodríguez Carballo (ofm) habla del tesoro escondido en el campo (Mateo) y a continuación viene la parábola de la perla preciosa.
Todas estas parábolas son una reflexión a la determinación y a la responsabilidad. Estas parábolas podríamos resumirlas en decidirse por lo que vale la pena. No basta buscar, no basta encontrar, es necesario decidir, quien mete los pies en un mismo zapato no camina.
Hay muchos admiradores de Jesús ¡pero no son sus discípulos! Sí por discípulo entendemos la persona que sigue el camino trazado por Jesús con su vida y con sus enseñanzas.
No hay evangelio a la carta, no podemos tomar lo que nos gusta. Y lo que no nos gusta ¿A quién se lo encomendamos?
Qué poco apreciamos la vida que Dios nos regala cada día, cada mañana, cada momento.
Cuando un hermano pide pan, TÚ, franciscano, lo mandas con mucho cariño y buenos modales a Cáritas, a la Parroquia , o a alguna ONG. Pero no lo mandas a las OFS ¿por qué? Siempre la misma respuesta, no tenemos conocimiento, no tenemos dinero; pero a veces, no es el dinero, sino el tiempo
¿Compartirías en tu casa tu pan con el necesitado?
¿Te pones en el lugar del marginado?
¿Eres franciscano seglar?
¿Te pones al lado del necesitado?
Todo esto es comenzar a hacer condiciones dignas de vida sacramental.
Yo me pregunto:
― ¿Cuántas cosas hacemos? Pero NO COMUNICAMOS, no hay comunicación, local, provincial y nacional.
¡Qué poco nos queremos cuando se trata de nuestro bolsillo!
Cuando nos piden ¡el compartir!
Como fraternidad, algunas.
Como individuo, muchas.
A Francisco le daban asco los leprosos.
¿Me dan asco los pobres?
Así podríamos comenzar para poder sacramentar la vida y, querer a nuestros hermanos más desfavorecidos. Y nunca deberíamos saber porqué y por quién, sino, por nuestro padre san Francisco.
La comunicación es esencial para la convivencia de cada día, en cada hora, en cada momento, o sea, un WhatsApp sin florituras.
El GUASÁ ese, que está de moda en los móviles.
Todo es vivir la vida con mucha intensidad, dice Jesús: “He venido al mundo para dar vida y vida en abundancia”.
Que nos queramos y respetemos como nuestro padre Francisco amó y respetó a nuestra madre naturaleza.
SACRAMENTAR El MUNDO
El apostol San Pablo en su primera carta Corintios 14 1
La estructura ministerial de la Iglesia supone e incluye una estructura sacramental que es de servicio en todas sus dimensiones.
Los sacramentos instituidos por nuestro señor Jesucristo son los signos visibles de ésta capacidad de transmitir la vida nueva para un mundo nuevo que nosotros, franciscanos seglares, tenemos que hacerlos vivos, no con la palabra, con obras, con nuestro ejemplo, ese ejemplo que estamos obligados por herencia con nuestro seráfico padre, de minoridad, de responsabilidad y amor al mundo; que es donde nacemos, vivimos y pasamos al Amor del Padre,Por eso nosotros con la comunicación y la Palabra de Dios, debemos y tenemos que sacramentar el mundo con buenas maneras y mejores resultados.
Si queremos referirnos al sacramento que se transmitió a la Iglesia , es decir, al mundo, encontraremos la referencia especialmente en la palabra de Jesús a Nicodemo: “En verdad, en verdad te digo, el que no nazca del agua y del espíritu no puede entrar en el Reino de Dios”. (Juan 3 – 5). con la ayuda de Jesús y de María.
Resumiendo:
Que en los cristianos franciscanos, mediante la vida sacramental vivamos un compromiso de amor y de acción, no solo con los hermanos sino con el mundo, aunque les fuera adverso, los maltraten y los persigan.
Bajo esta perspectiva se entenderá mejor que no es posible tener intensamente una dicotomía en la que por una parte se vive una vida sacramental intensa, se es bautizado, se confiesa con frecuencia, se comulga a menudo; y por otra parte se practica una injusticia: no se tiene verdadero amor y compromiso con los demás y mediante ellos con Dios.
· ¡Aquí pasa algo!
Seguramente es que la vida sacramental no está tomándose en serio, cómo tampoco se toma en serio la Acción Social Nacional.
Esto ya lo hemos apuntado algunas veces, parece ser que ahora se empieza a entender. Pues está claro que todas las fraternidades trabajan y mucho, pero no recanaliza hacia la Acción Social Nacional, que es un logro que ésta Acción Social quiere: saber qué proyectos tienen las fraternidades y que se quiere transmitir a la familia franciscana.
TRABAJEMOS TODOS PORQUE ÉSTE SUEÑO DE LA OREN FRANCISCANA SEGLAR, DE LA JUNTA NACIONAL Y DEL CONSEJO NACIONAL SALGAN PARA ADELANTE, SIN PRISAS, PERO SIN PAUSA.
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BUSQUÉ A MI ALMA,
A MI ALMA NO LA PUDE VER.
BUSQUÉ A MI DIOS, Y ME ELUDIÓ.
BUSQUÉ A MI HERMANO
Y ENCONTRÉ A LOS TRES
Rosario Navarro, OFS
PAZ Y BIEN
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