miércoles, 24 de enero de 2018
LA GATA DE SAN DAMIÁN
LA
GATA DE SAN DAMIÁN
O LA VERDADERA OBEDIENCIA
He
aquí el testimonio de sor Francisca de messer Capitáneo del Col de
Mezzo en el proceso de canonización de Clara de Asís.
Éste
documento ha sido poco estudiado al no estar en la Leyenda de santa
Clara.
Declaró
también la testigo (sor Francisca), que una vez la dicha madonna
Clara no podía levantarse del lecho de su enfermedad, y quería que
le llevasen cierto pañolón, y no había allí nadie que se lo
acercase; y he aquí que una gatita que había en el monasterio
comenzó a tirar del pañolón y a arrastrarlo, para llevárselo
según podía. Y entonces la madonna dijo a la gata: “Bandida, tú
no lo sabes traer. ¿Por qué lo arrastras por el suelo?” Y la
gata, como si hubiera comprendido sus palabras, comenzó a arrollar
el pañolón, para que no rozase el suelo. Preguntada
sobre como sabía las las predichas cosas,
respondió que la dicha madonna se lo había referido ella misma”.
Clara
muere en agosto de 1253. El papa Inocencio IV, presente en Asís,
participa en la exequias, durante las cuales él habría propuesto
celebrar la misa de Vírgenes y no la de difuntos. Esta elección,
realizada mientras se trasladaba el cuerpo de Clara de san Damián a
la Iglesia de San Jorge, dentro de las murallas de la ciudad, hubiera
supuesto una canonización de hecho. Interviene, en ese momento el
cardenal protector de la Orden, Rainaldo de Jenne, que propone seguir
el procedimiento para la canonización ya firmado como práctica
normal en la curia romana, que preveía un regular proceso canónico.
La
indicación del cardenal fue aceptada por el Papa que, poco después,
con una carta invitaba a Bartolomeo, arzobispo de Espoleto (que en la
época poseía jurisdicción no sólo religiosa sino también civil
sobre Asís), para que fuese a esta ciudad, y le indica:‹‹Por
lo cual mandamos a tu fraternidad, mediante las presentes letras
apostólicas, que te informes sobre la vida, la conversión y la
conducta religiosa de la misma (Clara), y sobre los dichos milagros,
y que averigües con diligencia y solicitud su verdad, con todas sus
circunstancias, según el interrogatorio que te enviamos incluido en
nuestra Bula.
De
esta manera se instruía oficialmente el proceso de canonización de
Clara de Asís. Bartolomeo escogió comisarios para que lo ayudasen
en esta fase instructora, después a hombres religiosos que
garantizasen el regular desarrollo del proceso y también un notario
que redactase en la forma debida las actas de los interrogatorios.
El
24 de noviembre de 1253, apenas tres meses y medio después de la
muerte de Clara, se celebra en el claustro de San Damián, la primera
audiencia del proceso de canonización, en presencia de Bartolomeo,
arzobispo de Espoleto, del archidiácono Leonardo y del arcipreste de
Trevo Giacomo, del visitador de las hermanas de San Damián, fray
Marco, de dos de los más fieles compañeros de Francisco, Ángel y
León, y del notario Martino.
Las
Actas de los testimonios expuestos en la audiencia del claustro de
San Damián y recogidos por meser Martino, reportan los testimonios
de 15 hermanas que habían vivido con Clara en San Damián, además
del testimonio de una amiga de la infancia y de cuatro hombres de
Asís, de los cuales, el último, era un siervo en la casa del padre
de Clara.
El
autor estudió las Actas del proceso, después de verificada su
credibilidad a través del testimonio directo de las hermanas de San
Damián y de los compañeros de Francisco y realiza su selección.
Las
Actas están guardadas en un códice en la Biblioteca Nacional de
Florencia.
La
omisión del episodio de la gata es una reflexión por parte de su
autor.
El
biografo de Clara muestra ser un buen teólogo, al corriente de las
preocupaciones pastorales y teológicas de la curia romana en la
época.
El
silencio sobre el episodio de Clara con su gatita puede atribuirse,
al menos en parte, a la mala fama que el gato doméstico tenía en
los autores eclesiásticos. Los latinos no conocían el gato
doméstico, conocían el felix, es decir, el gato salvaje. Sólo a
lo largo del alto Medievo fue cuando el gato doméstico llegó a
Europa occidental, proveniente de Egipto. En seguida fue visto con
una cierta sospecha. Ya en vida de Gregorio Magno se habla de un
eremita que amaba demasiado a una gata. Este animal era considerado
amigo del diablo.
Sor
Francisca ha narrado éste episodio durante el proceso. Francisca se
llamaba Massoriola y era hija de messere Capitaneo da Collemezzo, un
castillo situado en la viajea frontera entre Asís y Todi, en los
alrededores de Casalta. Era una familia noble y poderosa. Entró en
el monasterio en 1232, después de la canonización de Francisco y es
por esto que es la primera que tiene el privilegio de llevar como
religiosa el nombre del santo padre.
En
el proceso Francisca declaró que vivió más de veintiún años con
Clara.
Sor
Francisca es la única que relata el episodio de la gata. Al leer su
testimonio, se tiene la impresión que los episodios se suceden según
la causalidad del recuerdo.
Sor
Francisca, al recordar el episodio, subraya ciertamente la
excepcionalidad del coloquio de Clara con la gata, pero se cuida bien
de definirlo milagro.
¿Por
lo tanto qué es?
¿Y
por qué recordarlo en el Proceso?
Se
comprende que lo que Clara quiere decir a la gata, es decir, a la
misma sor Francisca, es que, cuando se hace un servicio, es
necesario hacerlo bien: “Bandida, tú
no lo sabes traer. ¿Por qué lo arrastras por el suelo?”
Es
decir, no basta la buena voluntad de la gatita que, después de
entender el deseo de la santa de empezar el trabajo, piensa
llevárselo, conviene que, al hacerlo, no lo estropee todo, tirándolo
por tierra.
Tal
vez radique aquí el significado oculto del episodio, se trata de una
amonestación. Una observación, la de Clara, dirigida a su hermana,
que sabe está cerca oyéndola, es una indicación para sor
Francisca: la verdadera obediencia no consiste en hacer aquello que
debe hacerse de cualquier manera, sino en anticiparse al deseo del
otro (de la otra) en su necesidad.
Es
una manera de «pedagogía»
de Clara respecto a sus hermanas.
Pero
sor Francisca ha querido transmitir a través del Proceso, del
recuerdo de la gatita que había en el monasterio, que circulaba de
manera habitual por el claustro de San Damián, hasta las
habitaciones más intimas, hasta la celda de Clara.
Estas palabras,
ésta admonición, amonestación, aviso; es también para nosotros:
la verdadera obediencia no consiste en hacer aquello que debe
hacerse de cualquier manera, sino en anticiparse al deseo del otro
(de la otra) en su necesidad.
Icono de Santa Clara con la gata. Obra del hermano Robert Lentz, ofm |
PAZ Y BIEN
viernes, 5 de enero de 2018
TENGO MÁS FAMILIA
PROFESIONES EN ALBACETE
El día tres de diciembre Arturo y Margarita acogen y la fraternidad de Albacete los acoge, como franciscanos seglares.
En éstas profesiones estaba latente el espíritu de nuestra patrona Santa Isabel de Hungría y también, por su proximidad La Inmaculada.
La profesión fue presidida por Víctor Díez Marina, asistente de la fraternidad,acompañado de José Arenas párroco de Franciscanos en Albacete.
Gerardo en nombre de la fraternidad acogió a los hermanos con la fórmula de la profesión, la promesa ante el Señor, y contaron con la presencia de padrinos, Tino fue el padrino de Arturo y Pilar lo fue de Margarita.
Arturo nos cuenta sus primeras vivencias.
Al hablar con un amigo estas navidades para felicitarnos mutuamente, me preguntó que tal mis primeros días como franciscano seglar, después de mi profesión; sí notaba algo diferente. La simpática pregunta me hizo gracia, le conteste:Mi vida como cristiano no ha cambiado, sigo enamorado de Dios y voy desde mi vida cotidiana buscando la santidad, siguiendo a Cristo en constante conversión, avanzando a pesar de los fracasos, pecados y mediocridades. Es decir, que sigo siendo el mismo cristiano que antes de profesar. Pero hay una cosa que noto diferente estas Navidades, mi amigo preguntó con un...¿sí?, que al ser franciscano seglar tengo más FAMILIA, tengo más hermanos para desearles lo mejor en estas fechas, y también para preocuparme por ellos si pasan malos momentos o están solos; tengo más hermanos a los que he de acordarme en mí oración y en la bendición de la mesa dar gracias por ello.
Al igual que Francisco, Arturo ha hecho de Dios el centro de su vida. Francisco lo primero que encuentra son los hermanos, la fraternidad, e inmediatamente la pobreza.
Francisco sabe que ser hermano es lo que le define e identifica como cristiano. Y ha querido, por eso, que la fraternidad, que se hizo presente en Jesucristo, fuera uno de los rasgos más característicos de la forma de vivir que se dio a sí mismo y a sus hermanos. La fraternidad, los hermanos, será nuestra alegría y nuestra cruz, será el camino para realizarnos como seguidores de Jesús.
Alabado sea el Señor por regalar a ésta fraternidad con nuevos hermanos.
Avelina elevó la espiritualidad con una mágnifica interpretación. |
PAZ Y BIEN
Suscribirse a Entradas [Atom]