sábado, 3 de febrero de 2018
LA TAU QUE LLEVAS
¿PORQUÉ LLEVAS LA TAU?
¿QUÉ SIGNIFICA PARA TI?
ESO QUE LLEVAS
¿ES UNA CRUZ?
La TAU fue usada inmediatamente por los cristianos. La encontramos ya en las catacumbas romanas, porque para ellos recordaba la Cruz, sobre la cual se inmoló Cristo para la Salvación del mundo.
¿QUÉ SIGNIFICA PARA TI?
ESO QUE LLEVAS
¿ES UNA CRUZ?
La
TAU es la última letra del alfabeto hebreo.
Con
significado simbólico, se usaba ya como signo de salvación y amor
de Dios a los hombres. Se hablaba de ella en el libro de Ezequiel,
cuando Dios ordena a su ángel imprimir sobre la frente de los
servios de Dios este signo de salvación "El Señor dijo:
pasa en medio de la ciudad, en medio de Jerusalem y marca con una Tau
sobre la frente de los hombres que gimen y lloran" (Ez. 9,4).
LA
TAU es, en efecto, signo de redención. Es signo externo de una nueva
vida marcada con el sello del Espíritu Santo el día de nuestro
Bautismo.
La TAU fue usada inmediatamente por los cristianos. La encontramos ya en las catacumbas romanas, porque para ellos recordaba la Cruz, sobre la cual se inmoló Cristo para la Salvación del mundo.
San
Francisco
de Asís,
por la semejanza que la TAU tiene con la cruz, la amo de tal forma
que tanto en su vida como en sus gestos, ocupó un lugar especial.
“Sepultados
y resucitados con Cristo en el bautismo, que los hace miembros vivos
de la Iglesia, y a ella más estrechamente vinculados por la
Profesión, háganse
testigos e instrumentos de su misión
entre
los hombres, anunciando a Cristo con la vida y con la palabra.”
(Regla,
6) de la Orden Franciscana Seglar.
La
Profesión ,en
la Orden Franciscana Seglar no es un acto instantáneo, y ni siquiera
una acción aislada de la vida; al contrario, es un
compromiso de
vida y para
la vida.
Los
que pertenecen a la Orden Franciscana Seglar son “religiosos
seglares”
Es
“seglar” el que vive en el saeculum
(mundo), sea un lacio, un clérigo o un religioso.
La
Profesión en la Orden Franciscana Seglar tiene la dignidad propia de
un compromiso solemne
y religioso
contraído ante Dios y ante la Iglesia.
La
Orden Franciscana Seglar es una “Orden laica, una Orden real, Ordo
veri nominis”
que constituye “una escuela de perfección cristiana integral”,
precisamente como cada Instituto religioso. En esta “Orden real”
se emite una “Profesión real”, que diferenciándose en cuanto al
contenido (los votos) de la emitida en los Institutos Religiosos
propiamente dichos, tiene su misma dignidad.
«Muchos
hombres y mujeres, solteros y casados, así como muchos sacerdotes
diocesanos, han sido llamados por Dios…, imitando el ejemplo y la
forma de vida de San Francisco de Asís…, se
comprometen a seguir a Jesucristo
y a vivir el Evangelio en Fraternidad, ingresando en la Orden
Franciscana Seglar»
Los
Franciscanos Seglares,
prometiendo vivir el Evangelio, en virtud de su carisma originario se
comprometen a llevar una vida penitencial «estado
seglar consagrado a Dios»
Quien
quiere ser discípulo de Cristo, debe negarse a sí mismo, tomar cada
día su cruz y seguirlo para ser al final crucificado en el mundo
Profesando
una forma de vida evangélica, viviendo su consagración a Dios en el
mundo y por el mundo, y «transfiriendo a la realidad terrena el
auténtico espíritu del Evangelio» (Ritual,
III. 46), los
franciscanos seglares
testimonian que la santificación del mundo pasa necesariamente por
la santificación del hombre, porque este mundo puede ser
transformado sólo con el espíritu de las bienaventuranzas (cfr. LG
31).
La
tau,
muy popular en la Edad Media, va a ser familiar a Francisco. Por tres
caminos diversos confluye el signo tau en la vida de Francisco. El
primero es el
del movimiento penitencial, en el que sus miembros vestían un hábito
de penitencia signado con la tau.
Francisco se hace donado de la iglesia de San Damián y, por lo
tanto, entra en dicho movimiento. Después del juicio ante el Obispo
de Asís, Guido II, éste le da el vestido de un labriego que estaba
a su servicio para cubrir su desnudez.
"Francisco lo acepta muy agradecido -dice San Buenaventura- y
con un trozo de yeso que encontró por allí lo marcó con su propia
mano en forma de cruz"
(LM. 2,4). Después de la escucha y comprensión del Evangelio de la
misión, "se prepara una túnica en forma de cruz" (1C.
22).
La tau, signo
misionero y salvador, como sello epistolar, como refiere Tomás de
Celano: "la señal de la tau le era preferida sobre toda otra
señal; con
ella sellaba las cartas y marcaba las paredes de las pequeñas
celdas"
invita,
como signo
franciscano,
a vivir en "penitencia-conversión", a ser misioneros de
"paz y bien" y, como signo de salvación y de salud, a
estar cercanos al hermano enfermo y pobre.
En
Francisco, el signo profético de la TAU se sublima, actualiza y
alcanza el valor de salvación; pues él mismo se siente "salvado"
mediante el amor y la misericordia de Cristo que muere. El amor de
Francisco hacia este signo, nacía de la apasionante contemplación
de la Cruz, al valorar la humildad y misión de Cristo, que, en Ella,
mostró a toda la humanidad la prueba más grande de su amor. La TAU
era, primordialmente, para Francisco el signo concreto de su
salvación y de la victoria de Cristo sobre el mal.
La
TAU tiene una honda tradición bíblico-cristiana. Francisco
comprendió de tal modo su profundo valor espiritual y de forma tan
radical hizo suyo este signo, que a través de las llagas, llego a
ser TAU viviente, que él había contemplado y amado constantemente.
La
TAU usada por Francisco, como firma propia, puede verse en el
autógrafo de la bendición que da a fray León, y que se venera en
la sala de las Reliquias, en la Basílica de San
Francisco
de Asís.
La
TAU, signo concreto de una devoción cristiana, es, sobre todo,
compromiso de vida en el seguimiento de Cristo "pobre" y
"crucificado".
La
TAU, por tanto, debe recordarnos una gran verdad cristiana: nuestra
vida, salvada y redimida por el amor de Cristo Crucificado, y debe
ser, cada día más, vida nueva de entrega y amor hacia Él.
Llevando
este signo, vivamos su espiritualidad, demos razón a la esperanza
que mediante él nos llega y reconozcámonos seguidores de Francisco.
ORACIÓN
Bendice
señor esta TAU.
Bendice a quien la lleva como signo de salvación y libertad interior, invocando a tu Santo Nombre y la intercesión de tu siervo Francisco. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Bendice a quien la lleva como signo de salvación y libertad interior, invocando a tu Santo Nombre y la intercesión de tu siervo Francisco. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
PAZ Y BIEN
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