miércoles, 20 de junio de 2018
CAPÍTULO DE ZONA ABRIR CERRAR ETAPAS
ABRIR
CERRAR ETAPAS
NUEVO
CAPÍTULO DE ZONA
El Tercer Sello |
En
la Casa de
Ejercicios Sagrado Corazón de Guadalupe, en Murcia, se celebró el
tercer fin de semana de junio la renovación de los hermanos que han
de trabajar durante un nuevo trienio para los demás, en un ejemplo
de democracia, de buen hacer, de convivencia y de entendimiento. Dice
San Buenaventura que «toda
criatura es una palabra de Dios, porque habla de Dios».
Ya
se notaba el calor, no sólo el que daban los hermanos, el calor que
nuestro hermano sol nos envía y que mitigamos o atenuamos con el
aire acondicionado.
El
Capítulo se realizó con la serenidad y la templanza de nuestro
hermano ministro nacional, Antonio Álvarez y el buen hacer y decir
del asistente nacional Mario, ofm cap, atento a cuantas cuestiones le
planteaban.
Los
hermanos realizaron su voluntad de quien y quienes han de servirles
durante ésta nueva etapa, que se ratificó en la Misa celebrada acto
seguido.
Nueva
Junta.
Ministro:
Andrés Gandolfo. Fraternidad de Alicante.
Viceministro:
Ana Beatriz. Fraternidad de Murcia.
Formador:
Maravillas Mavi Moya. Fraternidad de Cehegín.
Secretario:
Manolo López. Fraternidad de Guadix.
Tesorero:
Alfonso Hernández. Fraternidad de Los Belones
Vocaciones:
Raquel Sirvent. Fraternidad de Alicante.
Acción
Social: Miguel Castillo. Fraternidad de Albacete.
Abrir
y cerrar etapas.
Los
psicólogos recomiendan,
cerrar etapas,
‘cerrar el círculo’. Dicen que ponerle un ‘fin’ al terminar
cada etapa de nuestra vida evita esos incómodos pendientes que no
permiten empezar algo nuevo con éxito.
Un
escritor famoso dice: «Siempre
es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes
en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la
alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando
puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo.
Lo
importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se
van clausurando. No podemos estar en el presente añorando el pasado.
Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió, y
hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños
eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas
inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado
a nosotros.
¡Los
hechos pasan y hay que dejarlos ir!».
Esta
toma de conciencia y este paso nos ayuda a evolucionar y a madurar, a
conocer más sobre cómo construir relaciones sanas y significativas
con las personas y con nuestro entorno. Es inevitable el sufrimiento
cuando toca cerrar algunas puertas, pero hacerlo es sinónimo de
quererse.
Todos
estamos abocados en ir cerrando capítulos, a pasar página, a
terminar con etapas, a iniciar nuevos caminos, en definitiva.
Nueva
etapa, nueva ilusión. En esto los franciscanos damos ejemplo de
democracia al realizar periódicamente estos cambios de etapas,
aunque algún hermano repita, que constituye un aire renovado, nuevas
ilusiones, nuevos proyectos.
Nuevo
trabajo en definitiva.
Fíjate
en el cuento:
Nuevos
caminos.
Un agricultor muy entusiasta quiso ayudar a unos campesinos pobres
enseñándoles cómo conseguir un alto rendimiento de las cosechas y
de esta forma mejorar su nivel de vida.
Voluntariamente,
soportando muchas privaciones y molestias, se estableció en una
aldea muy remota. Se aseguró un pequeño trozo de tierra en el que
experimentar con varias clases de cultivos y diferentes métodos de
labor. Averiguó que la producción más prometedora en aquellos
campos sería precisamente el cultivo de algodón.
Un
buen día convocó a los campesinos más ancianos y
respetados del pueblo y les preguntó:
̶
¿Han pensado alguna vez en plantar algodón en sus tierras? Fíjense
en mi huerta. Parece que el algodón crece muy bien aquí.
Los
campesinos se encogieron de hombros y en tono incrédulo contestaron:
̶
¿Algodón?¡Pero si nunca hemos plantado algodón en nuestros
campos! ¡No!¡Jamás lo hemos plantado!¡No!¡Porque nunca tendremos
éxito!
Con
suma paciencia, el agricultor siguió repitiéndoles de vez en
cuando:
̶
¿No les parece que si trabajáramos duro, si arásemos los campos
bien, si utilizáramos buenos abonos y regáramos la tierra con
generosidad, llegaríamos a lograr unas espléndidas cosechas de
algodón en estas tierras?
Encogiéndose
de hombros, los campesinos añadieron:
̶
Bueno, si alguien trabaja duro, ara la tierra adecuadamente, riega el
terreno con regularidad y utiliza una buena simiente ¿quién sabe?,
se podría conseguir una buena cosecha de algodón. ¿Pero quién
será el que haga el trabajo por nosotros?
📖 Como
ves la gente no está dispuesta a ensayar nuevos caminos. Aquí
también vemos un significado espiritual.
Y
lo que sin duda has observado es que queremos obtener ricas cosechas
sin trabajar.
Muchos
no paramos de quejarnos de lo mal que nos van las cosas, sin embargo,
no estamos dispuestos a hacer esfuerzos serios para remediarlo.
Para
ayudar a los demás hemos de trabajar duramente. Hemos de sembrar
simiente, tenemos que darles buen ejemplo con la esperanza de que,
antes o después, será Dios quien haga crecer lo sembrado.
La
pereza puede esconder frases como éstas:
- Nunca se ha hecho.
- No se puede hacer.
- ¿Por qué se quiere volver a intentarlo?
- ¿Por qué hay que probar cosas nuevas?
- ¡Siempre se ha hecho así!
Al
igual que los campesinos de la parábola, somos muchos los que
esperamos que los demás hagan las cosas por nosotros.
Andrés
Gandolfo, nuestro ministro de Zona,
nos exhorta con sus primeras palabras a:
Antes
que nada, con la ayuda del Señor, quiero pediros de corazón que
OREIS por esta
nueva junta de zona para que el Señor nos ilumine y de fuerzas para
serviros, ayudaros, sosteneros, alentaros y animaros en el camino de
seguimiento a nuestro Señor Jesucristo, a que seáis lo que debéis
ser, Franciscanos Seglares,a ser Evangelios
vivos para los demás, ser
Buena
Noticia.
Dirigiros
mis primeras palabras con tres pilares fundamentales :
Vida
de oración
La
vida en Fraternidad
La
familia
Nos
queda, y es muy importante, para conseguir esta tres grandes tareas :
CRECER
En
corresponsabilidad
En
sentido pertenencia
En
sentido de Orden
En
este proceso es estrictamente necesario avanzar en colaboración y
comunicación además
de convivir con la Fraternidad de zona, Nacional . Es un ir
unificando, caminando juntos ,debe existir un
Proyecto de Vida de Fraternidad,
que nos ayude a crecer como FAMILIA
, este
crecimiento debemos incluirlo en la Formación .
La
formación juega un papel esencial tanto en la conversión a Cristo
como en la profundización de la vocación franciscana seglar. La
falta de una auténtica conversión es, sin duda, uno de los
problemas más serios que confrontamos en nuestra Orden.
Os
pido un esfuerzo a todos los ministros y hermanos.
Esto
no es cosa de unos pocos sino de todos, es importante tener una buena
comunicación entre todos y entre todos los niveles , no podemos
saber como servir sin saber que necesitáis.
Debemos
tener un sentido de responsabilidad y esto es una tarea de
toda la zona dando un testimonio coherente de vida , con nuestra vida
debemos ser reflejo de aquello que hemos sido llamados a vivir y ser
alegría para los demás, sabiéndonos, tocados, alcanzados y mirados
por Dios. No es cuestión de
número
es cuestión de VOCACIÓN, debemos respetar los tiempos de formación
y a la persona en su totalidad.
Daros
las gracias por la confianza que habéis depositado en esta nueva
junta de zona de la provincia cartaginense, este compartir fraterno
estará enmarcado por las alegrías y esperanzas, las tristezas y
ansiedades pero os animo a todos a que se nos pegue el polvo del
camino pisando las huellas de Francisco y Clara.
Todo
el bien que hagamos, hay que hacerlo por amor a Dios, y el mal que
evitemos hay que
evitarlo
por amor de Dios.
💁 Se
abre, pues, una nueva etapa en la que todos somos fundamentales,
ayudar y colaborar con los hermanos en la esperanza y certeza de para
quién lo hacemos. Aquel que ha resucitado a su Hijo nos resucitará
también a nosotros y nos hará realmente una sola cosa con Él,
junto a todos nuestros hermanos en la fe.
Tened
el corazón abierto.
COLUMNAS
DE LA FRATERNIDAD
COLUMNAS QUE HAN DE SOSTENER LA FRATERNIDAD |
El
Señor te bendiga y te guarde
Te
muestre su rostro
y
tenga misericordia de ti.
Te
mire benignamente
y
te conceda la paz.
El
Señor te bendiga.
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